lunes, 23 de enero de 2012

La del sábado fue una difícil noche de Carnaval

Tomar decisiones nunca es fácil. Máxime cuando se involucran a docenas de miles de personas en un espectáculo a cielo abierto que se caracteriza por el frenesí y la pasión. La Comisión del Carnaval tomó una decisión difícil el sábado, cuando pese al mal tiempo y la lluvia, autorizó el inicio del espectáculo

Con el diario del lunes todos son directores técnicos, enseña un viejo dicho popular. Sin embargo, esto no exime de responsabilidades a quienes adoptaron decisiones y tampoco impide formular sanas críticas. Esto pasó el sábado y sigue pasando en el debate en la comunidad.
Todos los pronósticos indicaban que el Carnaval se suspendería, ya que cerca de las 19 del sábado se desató una fuerte tormenta y la lluvia no paró hasta cerca de las 21. Pero la decisión de la Comisión de Carnaval fue realizar el espectáculo.
En la velada no hubo cifras oficiales en cuanto a cantidad de espectadores, tal como se acostumbra a brindar todas las noches de carnaval. Y desde el área de Prensa se explicó que esa falta de información fue “por problemas en el sistema”.
Las comparsas desfilaron bastante rápido. O’Bahía irrumpió en el Corsódromo pasadas las 22:30 y la última comparsa, Papelitos, cerró la velada pasada la una de la madrugada. Un horario inusual, pero que también demuestra que se puede comenzar a tiempo.
O’Bahía y Marí Marí lo hicieron bajo una persistente lluvia, mientras que Papelitos tuvo suerte y lo hizo sin mojarse, aunque la pasarela estaba empapada. Hay que destacar la actitud de los comparseros que, pese a los riesgos, decidieron salir igual.
El público, en general acompañó el espíritu de fiesta y carnaval. Quienes más se divirtieron, incluso con el aguacero, fueron los grupos de jóvenes pero no así las familias con niños pequeños y bebés, que no sabían como protegerse del temporal.
Incluso hubo personas muy molestas que se presentaron a la oficina Prensa e Información donde dejaron sentados sus reclamos en un libro de quejas. Muchos hablaron lisa y llanamente de “estafa” y sobresaltados señalaron que “esto no era lo pactado”.
Durante la mañana de ayer, los turistas también registraron sus protestas en las Oficinas de Turismo –sobre todo en la ubicada en la zona portuaria y en la Terminal.
Las quejas mayoritariamente era de quienes querían abandonar el espectáculo y reclamaban que se les devuelva el valor de las entradas y ubicaciones, las que según el reglamento no se devuelven ya que el espectáculo había comenzado.
“El valor de la entrada no se devuelve por suspensión debido a motivos climáticos. En tal caso, el evento se realizará el domingo inmediato siguiente. Ante una nueva suspensión, se reintegrará el valor de la entrada. Importe no reintegrable por lluvia una vez comenzado el espectáculo”. Así reza el ticket de ingreso del Carnaval. Sin embargo, los mayores cuestionamientos es el haber largado una comparsa con lluvia.
En definitiva, los espectadores –sobre todo los vecinos que conocen el carnaval y también los turistas- se fueron con un dejo de desilusión por no haber podido apreciar ese gran Carnaval del País que tanto se promociona por su calidad y grandeza. Esa calidad y grandeza, en la noche del sábado no se vio.
La de los organizadores fue una mirada muy economicista, que mostró a las claras que prevaleció el negocio regido por la fría relación costo beneficio y no se contempló la marca que distingue al verano en Gualeguaychú: El Carnaval. Por eso, la decisión fue arriesgada y pudo haber comprometido la calidad que caracteriza a este espectáculo sin par.

Las comparsas

Si algo merece ser destacado fue el espíritu y el compromiso de los integrantes de cada una de las comparsas, que salieron por la pasarela a ofrecer lo mismo que ofrecen todos los sábados de Carnaval. Es más, a causa de la lluvia se vio a los integrantes con mayor energía y tratando de brindar al público lo mejor de sí. Fue un esfuerzo para contrarrestar al menos un poco las condiciones en las que debieron atravesar los 500 metros de la pasarela mayor del verano.
Lo más llamativo fue la ausencia de espaldares –la mayoría realizados en plumas que con el agua se arruinan- y muchas carrozas que por cuestiones de seguridad salieron con pocos integrantes.
En cuanto a la música, las comparsas desfilaron con la versión grabada del sábado pasado, por lo que en momentos se citaba la presencia de los integrantes del “Soñando por Bailar 2” o del marido de Valeria Lynch, a los que el público habrá buscado y nunca encontró. ¿No tenían una pista del original?

El jurado

Los integrantes del jurado, ubicados en un principio en sus lugares tradicionales y protegidos de la lluvia con sombrillas, debieron ser luego trasladados a un lugar techado debido a que la llovizna no paró por un largo tiempo. Horas más tarde se supo que la velada no iba a ser puntuable.

DIARIO EL ARGENTINO DE GUALEGUAYCHU

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